Este mestizo de tranvia, barco y tren por seis peniques te llevaba de Brighton a Rottingdean, donde vivía Rudyard Kipling hasta que se hartó de curiosos y turistas. Es el Volk. Ese es el nombre del inventor. Antes ya había construido el primer tren eléctrico de Inglaterra, que bordeaba la costa un poco demasiado cerca del agua…

El de los zancos iba a la prodigiosa velocidad de 8 millas/hora y la mayor parte del recorrido la hacia con las ruedas bajo el agua. Fue derribado por un temporal unos meses después de su inauguración, en 1996. Normal, con esas piernas. Ocurrió con tanta frecuencia que el ayuntamiento renunció a mantenerlo y lo cerró en 1906. El otro sigue circulando.